jueves, 12 de febrero de 2015

En las Águedas de Zamarramala (8 de febrero de 2015)

Seis bajo cero marca el termómetro en Segovia a las diez de la mañana. Niebla espesa. La nieve cubre el llano y se mantiene en muchos tejados. En la Venta Magullo nos tomamos el café.
Aparcaremos después el coche en el barrio de San Lorenzo, concretamente en la calle de la Dulzaina, junto al río Ciguiñuela.

Comenzamos a andar por el antiguo camino de Bernuy, dejando a nuestra izquierda el Monasterio de San Vicente el Real, el más antiguo de la ciudad, que se levantó en el siglo X, en el lugar que en época romana ocupaba un templo dedicado a Júpiter.
Se gana altura por el vallejo hasta alcanzar el Caño del Obispo, un caudaloso manantial que proporciona agua bicarbonatada.
 
 


Caño del Obispo



 
Algo más arriba salimos al ancho camino de tierra que une La Lastrilla con Zamarramala.
Un poco antes de entrar en Zamarramala, que celebra sus fiestas dedicadas a Santa Águeda, pasamos por una encrucijada de caminos que llaman Las Callejas, en la que hay un crucero.
 
 




Roberto Carlos va a chutar y... la barrera tiembla...


Dedicado a quien se sienta aludida, je, je...


Zamarramala desde Las Callejas y el Crucero


Aunque Santa Águeda es el 5 de febrero, en Zamarramala se retrasa al domingo siguiente el día grande de las fiestas, unas fiestas de las que tenemos constancia que se celebraban ya hace casi ocho siglos.
La santa era una joven siciliana, naturalmente cristiana, que vivió en el siglo III y sufrió martirio, siéndole amputados los pechos. Aunque hay que aclarar que allí, en Italia, se la conoce como Santa Ágata.

Cuando llegamos a Zamarramala es mediodía y aún llegamos, aunque por los pelos, para ver la jota que se marcan las Alcaldesas a las afueras del pueblo, saliendo de él en dirección a Segovia. Es el lugar en que tradicionalmente se echan el baile, desde el que se tienen buenas vistas del Alcázar y la torre de la Catedral.
 
 
El Baile de las Alcaldesas
 
 
Todos en procesión tiramos para el pueblo. Las mujeres casadas bailan a ambos lados de la calle haciendo una rueda y precediendo al cura y a las otras mujeres que llevan sobre unas andas la imagen de Santa Águeda.


 
 
Asistimos en la iglesia al comienzo de la misa de acción de gracias, pero enseguida nos salimos a la calle y nos dirigimos al siguiente objetivo, la tajá de chorizo a la brasa y el vasito de tinto, que nos tomamos de pie, en un puesto que han montado para la ocasión delante de la iglesia.
 
 
 
 

 
Haciendo tiempo hasta la hora del pregón, previsto para la una y media, damos un corto paseo y luego entramos a un bar, al de las Alcaldesas, a seguir con el chorizo, la panceta y el vino.
 
 
Desde el pasado abril el pueblo tiene albergue de peregrinos
 
 
Cómo las gastan en este pueblo...
 
 
Llega por fin la hora de las solemnidades. En la plaza, en el estrado montado a tal fin, va a tener lugar la entrega de los galardones de este año y la lectura del pregón.
Los nominados en las fiestas de este año son los siguientes:
  • Es designado Ome Bueno y Leal el periodista César Lumbreras, nacido en el pueblo abulense de Adanero, que desde hace 30 años presenta en la cadena COPE el programa Agropopular. Se nos presenta a los asistentes como un varón domado.
  • La Matahombres de Oro fue este año la periodista y escritora madrileña Marta Robles, que ha trabajado en distintas emisoras de radio (Intercontinental, Ser, Onda Cero, Punto Radio, esRadio, etc.). En 2013 obtuvo el Premio Fernando Lara de Novela por Luisa y los espejos.
  • Ofició de pregonera Llanos Monreal, que es miembro del grupo segoviano de música folk Nuevo Mester de Juglaría. Nos deleitó con una graciosa coplilla dedicada a Zamarramala y a sus Alcaldesas, cuyas dos primeras estrofas se refieren a continuación.


Zamarramala en alto,
como una torre,
vigilando el Alcázar,
de día y noche.
 
Zamarramala en alto,
con mucho garbo,
llevan las aguederas
bastón de mando.


Luego vino la inevitable quema del pelele, con las aguederas bailando en derredor, que George volvió a perderse un año más.
 
 




Concluidos los fastos nos volvimos a Segovia por el camino más directo, el que pasa junto a la ermita dodecagonal de la Veracruz.
 
 
 
 



 
En el barrio de San Marcos nos metimos a comer de mesa y mantel, concretamente en el restaurante San Marcos. Y de postre, un paseíto por la Alameda del Parral, a orillas del río Eresma, para llegarnos hasta el barrio de San Lorenzo y recuperar el coche.


Homenaje a la Mujer Lavandera (Barrio de San Lorenzo)


Enlaces
La nominación de César Lumbreras
Llanos Monreal y Marta Robles en Radio Segovia (Cadena SER)

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