sábado, 5 de marzo de 2016

De la estación de El Espinar al collado de Cerromalejo y Cercedilla (5 de marzo de 2016)

Hemos vuelto a coger el tren para ir en busca de la nieve. Como la semana pasada. Y hemos vuelto a hacer una ruta lineal terminando en Cercedilla. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido la semana pasada, esta vez ha funcionado el servicio de trenes para volver de Cercedilla a Madrid. Que en ello haya tenido que ver la no presencia de Paco es algo indemostrable, como irresoluble fue durante casi un siglo la conjetura de Poincaré.
 
Pasadas las diez de la mañana llega nuestro tren a la estación de El Espinar. Tras tomar el café en un bar en el que ya hemos entrado otras veces, echamos a andar por la carreterita que viene de San Rafael, pasamos junto a un vivero y un poco más adelante torcemos a mano izquierda por la calle de las Esperillas, que desemboca en un camino de tierra.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En este primer tramo seguimos la bautizada como Ruta del Arcipreste, que está señalizada con carteles en las bifurcaciones, alcanzando el tendido de alta tensión a la altura de la fuente de los Navazos. A nuestra derecha queda el cerro de Cabeza Reina.
 
 
Me ríen las gracias
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Un poco más adelante, tras pasar por una cancela que está abierta, conectamos con el GR-88, que viene de San Rafael, y lo tomamos a mano izquierda. Se trata de una ancha pista que se interna en el corazón de la garganta de El Espinar o alto valle del río Moros. Se nota que la quitanieves ha trabajado por aquí, echando a ambas márgenes de la pista la nieve caída la semana anterior. Por entre el pinar acertamos a avistar una manada de unos ocho o diez jabalíes, que se alejan trotando por la nieve tras advertir nuestra presencia.
 
 
 
 
Dejamos finalmente la Ruta del Arcipreste, que tuerce a mano derecha siguiendo el cordel de las Campanillas. Algo más arriba abandonamos también la pista principal, que se dirige a La Panera y optamos por la que se separa de ella a mano derecha, que es la más oriental de las que recorren la garganta de El Espinar.
 
 
 
 
 
 
Empezamos a disfrutar de la nieve, en la que hay abierta huella de pisadas, raquetas e incluso esquíes. A veces, todo hay que decirlo, nos hundimos un tanto, lo que ralentiza nuestra marcha. Pero perseverando alcanzamos en suave ascenso un refugio sin nombre en el mapa, que ya conocemos por haber comido junto a él el año pasado, bajando precisamente de la Peña del Arcipreste. Junto a este refugio paramos un rato con idea de reponer fuerzas antes de afrontar la subida al collado de Cerromalejo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Veinte minutos más arriba, en una marcada curva hacia la izquierda, abandonamos la pista para tomar un sendero que va remontando en paralelo al arroyo de la Garganta. Nuestro próximo objetivo es el collado de Cerromalejo, lo que nos va a exigir salvar 300 metros más de desnivel. Con calma vamos remontando la pendiente. A ratos nieva. Son momentos mágicos, en los que los copos revolotean y los pinos, cubiertos de nieve y hielo, nos ofrecen una estampa espectral.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Concentrándonos en cada paso que damos en la nieve, alcanzamos finalmente el collado de Cerromalejo (1.774 m.), que separa las cumbres de la Peñota y la Peña del Águila. Se nos abre el panorama hacia la vertiente de Cercedilla y nos entra un subidón. Por si fuera poco, se abre en estos momentos una ventana de buen tiempo, lo que posibilita que paremos a comer, medio de pie, medio sentados en las piedras parcialmente cubiertas por la nieve. Deben ser cerca de las tres y media de la tarde.
 
 
En el collado de Cerromalejo
 
 
 
 
En la bajada desde el collado de Cerromalejo a Cercedilla constatamos que la nevada caída la semana pasada debió ser gorda y que la nieve acumulada es abundante. En algún momento de la bajada, pese a seguir huellas, nos salimos de lo que es la bajada normal.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Salimos finalmente a una pista (PR M-30) por debajo de los 1.400 metros de altura, que a mano izquierda conduce a la Fuenfría. Seguimos hacia la derecha y bajamos directamente a la estación de Cercedilla, exactamente como hicimos la semana pasada, tras rebasar el cerro del Reajo Alto, coronado por una torreta de vigilancia de incendios.
El GPS del Señor BS marcaba 16,3 kms. al final de la ruta, con un desnivel de unos 700 metros.
 
 
 
 




 
 
 
 
 

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