martes, 20 de diciembre de 2016

Tres aldeas históricas portuguesas: Almeida, Castelo Rodrigo y Castelo Mendo (10 de diciembre de 2016)

Aprovechando que Ciudad Rodrigo se encuentra a solo 27 kms. de la frontera, les hemos hecho hoy una visita a nuestros vecinos, los portugueses.
Tras parar a desayunar en una cafetería a pie de autovía, a la altura de Fuentes de Oñoro, hemos atravesado la frontera como Pedro por su casa. Los puestos fronterizos de uno y otro lado están actualmente más muertos que vivos. Son cosas que derivan de la pertenencia de ambos países a la UE y del Convenio de Schengen.
A poco de pasar Vilar Formoso, un poco antes de acceder al peaje de la autopista de Guarda, nos desviamos por la N-332 para dirigirnos a Almeida, una villa protegida desde mediados del siglo XVII por una fortaleza con forma de estrella de doce puntas, a cuyo interior accedemos por las Portas Duplas de Santo António. Después de la visita, entraremos a comer en el restaurante Granitus, donde nos sirvieron, entre otras cosas, un bacalao à bràs que fue muy celebrado.
Por la tarde nos acercamos hasta otras dos villas amuralladas, ambas situadas en alto: Castelo Rodrigo y Castelo Mendo.

Esta comarca fronteriza, surcada por el río Côa, fue, tras ser reconquistada por los cristianos, escenario de luchas entre portugueses y leoneses, tomada por unos y por otros hasta que en 1296 el rey portugués Dinis la tomó definitivamente por las armas. En 1297 pasó jurídicamente a manos de Portugal en virtud del Tratado de Alcañices.



Fue transformada a finales del siglo XIII y principios del XIV por el rey Dinis en una de las fortificaciones más importantes de estas tierras.
Es conocida entre los portugueses como A Vila-Estrela, debido a que en 1640 se erigió una gran fortaleza en forma de estrella asimétrica de 12 puntas, con baluartes y revellines (o avances exteriores con forma triangular). Durante el siglo XVIII se convirtió en la segunda fortaleza más importante del país tras la de Elvas. Su muralla tiene un perímetro de 2,5 kilómetros, con un foso que en algunos puntos alcanza los 60 metros de anchura y los 10 metros de altura.
Por el interior del recinto amurallado se extienden varios edificios de carácter militar, el Picadero Real, la Câmara Municipal, la Iglesia de la Misericordia y el Palacio de la Vedoria.
En 1810, en el contexto de la Guerra de la Independencia (o Guerra Peninsular para los portugueses), la plaza capituló ante el asedio de las tropas francesas, dirigidas por el general Massena (un día antes se había producido la explosión accidental de un polvorín, que mató a 500 soldados), y en 1811 fue recuperada por Wellington.



Portas Duplas de Santo António







































Picadero del Rey


















Câmara Municipal


















Restaurante Granitus




Se halla encaramada a un cerro, en la antigua ruta de peregrinaje a Compostela, y toma su nombre, al igual que la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo, del conde Rodrigo González Girón, que fue responsable de la repoblación de esta región tras ser reconquistada a los musulmanes.
Conserva su trazado medieval y algunas casas de construcción árabe.
Se halla protegida por fuertes murallas, que muestran las huellas de los ataques castellanos de 1664 y de 1782, así como de la invasión francesa de 1810. Su camino de ronda está parcialmente obstruido por casas que se construyeron posteriormente.
En su punto más alto se encuentran las ruinas del palacio de Cristovão de Moura (nombrado Marqués de Castelo Rodrigo por Felipe II de España), actualmente utilizadas como recinto para dar conciertos.
Otros puntos de interés son la Puerta del Sol o de Oriente (a su lado un pilar conmemora la restauración de la independencia nacional en 1640), la iglesia románica de Nuestra Señora de Rocamador (fundada por una cofradía de frailes hospitalarios llegados de Francia para dar servicios a los peregrinos), la picota (o pelourinho) manuelina de grandes dimensiones y el aljibe o cisterna árabe.
























Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador



Pelourinho






Esta aldea medieval, rodeada de un paisaje agreste, presenta dos recintos o núcleos amurallados

  • La ciudadela, de planta ojival, que ocupa la parte más elevada y corresponde al burgo antiguo. Dentro de ella se encuentran las ruinas del Castelo y de la iglesia de Santa María.
  • El arrabal de São Pedro o burgo nuevo, al que se accede a través de las Portas da Vila o dos Berrões (con torre a cada lado y flanqueadas por dos verracos celtibéricos de piedra).




Ruinas de la iglesia de Santa María





Enlaces
Aldeias Históricas de Portugal
Grande Rota do Vale do Côa

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